Es el acto de la ficción, de jugar e imaginar, el que origina la posibilidad del universo infantil. ¿Cómo rescatar la sensibilidad de la niñez, la imagen del cuerpo, la plasticidad, si no pueden o tienen dificultades para representar, jugar, imaginar y fantasear? ¿Es posible diagnosticarlos sin relacionarse, pensar, jugar con ellos?

Frente a la certeza del poder de turno para diagnosticar la vida de un niño -y determinar la de sus padres, lo escolar, la integración y exclusión cultural-comunitaria. Defendemos la incerteza de la dimensión desconocida, rebelde, de las infancias y lo provisorio del diagnóstico.

No hay infancia sin futuro y no hay futuro sin infancia pero tampoco hay niñez sin pasado, ni pasado sin niñez ni comunidad que lo sostenga.

Al jugar, los niños descubren e inventan al mismo tiempo una dimensión en potencia ficcional, secreta y desconocida, no con la finalidad de conocer, sino para habitar la curiosidad, su existencia y producir la metamorfosis rebelde propia de los niños y niñas.

El objetivo de este encuentro es generar un espacio de reflexión de pensamiento compartido donde podamos pensar las infancias de hoy, las problemáticas que nos plantean, el lugar de la comunidad, del amigo en la infancia, el origen del lazo social y de la subjetividad, así como pensar la rebeldía como propia de la experiencia infantil y como posibilidad de metamorfosis y plasticidad.